Bla, bla, bla … mamá.
Hablar, hablar mucho con nuestros hijos es uno de los trucos mágicos para desarrollar su inteligencia emocional.
Es muy importante (y además reconfortante) encontrar todos los días un rato para mirarles a los ojos y escuchar lo que nos cuentan.
Hay que escucharles. Sonriendo. Con calma. Sin hacer otras tareas a la vez. Mirándoles a los ojos.
Hay que preguntarles. Sin insistir. Con preguntas concretas. Siempre positivas. Preguntar, no acusar ni echar en cara.
Hay que hablar. Sin prisas. Desterrando palabras como: siempre, nunca, no, todo o nada. Comunicarse es entenderse.
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